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El Inicio (¡Dos Vulpix en Fuga!)[]
El sol hacia su entrada con fuerza en Pueblo Paleta, al igual que una chica que se levantaba con la sonrisa más grande del mundo.
Muchos encontrarían extraño que una joven de 10 años disfrutara levantarse a las 7 am al unísono de los gritos de Dodrio
La joven salta los dos últimos escalones para llegar a la cocina, se despeja algunas hebras de cabello que estaban obstruyendo su visión. Visualiza a sus padres, ambos con enormes sonrisas sentados en la mesa, sobre esta había un pastel de dulce de leche y justo a la izquierda un pequeño regalo con un enorme listón rojo. La joven procede a saludarlos, al igual que a Arcanine y Persian que estaban durmiendo placenteramente en la alfombra de puntos rojos.
Mientras desayunaba más rápido que un Rapidash, la castaña pudo notar sus similitudes con sus padres, ya que había heredado el pelo castaño y los ojos marrones de su padre, en cambio, de su madre se puede notar que tienen el mismo tono de piel y la hermosa dentadura. También, empieza a recordar el pasado de ellos. Su padre es un ingeniero civil oriundo de Pueblo Paleta, antes de dedicarse a esa profesión fue un entrenador pokémon, sin embargo, luego de una inundación en Ciudad Carmín supo que su verdadera pasión era la de construir, al ayudar al levantamiento de la ciudad. Por esta razón, se inscribió en la Universidad de Ciudad Azulona donde conoció a la madre de Heidy, proveniente de ese lugar y amante total de las flores.
Luego, tras dar una gran bocanada al pastel. Heidy observa una foto de ella y de sus padres, que puede datar algunos dos años pero la joven no puede recordar el día en que la tomaron, incluso se pone a pensar de que no tiene recuerdos de su primer lustro.
Madre: come despacio Heidy. El regalo no se ira de la mesa.
Heidy: dhuisupa ruama (Disculpa mama) —El padre solo se ríe.
Tras recoger todo de la mesa, Heidy intenta agarrar el regalo pero su padre es más rápido y toma la caja primero.
Padre: ¡hey! Con calma jovencita. ¿Sabes la responsabilidad que vas a asumir? —hace una pausa— ¿Cierto?
Heidy: ¡sí! —aunque no estaba 100% segura de la responsabilidad que conlleva cuidar a un pokémon.
Padre: bueno, creo que estas lista.
Le pasa la caja a Heidy que no tarda dos segundos en destruirla, encontrando en el fondo una esfera dividida en dos mitades, siendo la parte superior de color roja y la inferior de color blanca, también conocida como Pokebola. La sostiene en sus manos y grita de la emoción provocando que despertaran Arcanine y Persian.
Al presionar el botón siente un pequeño puyón, de esta salen diversas luces de colores que se van moldeando hasta formar un pequeño zorro rojo de 6 colas
Madre: es un vulpix, lo atrapamos en la pradera.
Heidy: que lindo o linda eres. —Se acerca a vulpix que no tarda en saltar a sus brazos y lamerle.
Padre: linda. —Observa a Heidy que mira la sangre que está en su dedo índice— No te preocupes, así es que funcionan las pokebolas.
Madre: así es, el botón que tienen las pokebolas suelen tomar una pequeña muestra de sangre al ser utilizadas por 1ra vez, así el pokémon puede identificar el ADN de su entrenador y reconocerlo.
Padre: tuve que desprogramar la pokebola para que así vulpix te reconozca como su dueña y no a mí. —Acaricia la cabeza de vulpix— también suele tomar tu huella digital para que otra persona no pueda utilizarla en caso de alguna perdida o robo.
Madre: y… ¿Que nombre le pondrás?
Heidy mira a vulpix lentamente pero no se le ocurre nada.
Heidy: no se me ocurre algún mote, no me apetece. —vulpix la lame con alegría— al parecer tome la decisión correcta.
La chica parte en bicicleta en búsqueda de plantas medicinales para el herbolario de su mamá. Ya lleva un día con Vulpix y aprendió varias cosas de ella como que es de tipo fuego, su habilidad es de absorber fuego y es muy leal a su entrenador.
Recibe las diferentes plantas que vendió el señor y se despide con una sonrisa. Cerca del río puede visualizar un cuerpo blanco que es llevado por la suave corriente, se acerca y observa que es un pokémon herido, lo toma en sus manos y parte con rapidez a su casa. En el trayecto percibe que el pokémon es parecido a su vulpix pero de otro color, además, de que esta muy frío. Deja la bicicleta a un lado y corre hacia el herbolario con el pokémon en mano.
Heidy: ¡mami! Necesito tu ayuda. —Pone al vulpix blanco en la camilla y su madre comienza a inspeccionarlo.
Heidy empieza a buscar las diferentes especias que menciona su madre para curar sus heridas que al cabo de un par de horas empiezan a hacer efecto y calman al vulpix blanco.
Madre: que barbarie han hecho con este pobre pokémon. —dice mientras le pone un ungüento— No sabía que existían vulpix albinos.
Heidy: yo tampoco. ¿Sera algún color artificial?
Madre: creo que es natural, sino se le hubiera quitado con el agua de río.
Heidy: seguro.
Madre: eso sí, pensé que estaba frio porque lo habías encontrado en el río pero en realidad esa es su temperatura natural, es como si fuera de otro tipo elemental. —hace una pausa y pone su dedo índice en el mentón— Bueno, mejor dejémosla descansar.
Heidy se levanta por los rayos del sol que dan directo a su cara, se pone a ver el techo por unos segundos y corre con rapidez al herbolario al recordar el Vulpix blanco pero aligera el paso en la cocina para llevarle algo de comida.
Abre la puerta con timidez y se alegra al ver al vulpix blanco despierto, intenta acercarse pero vulpix le gruñe y falla al morderla.
Heidy: ¡Oye! Solo vine a ver como estabas. —vulpix le vuelve a gruñir— Esta bien, solo dejare algo de comida para ti. —vulpix hace un berrinche e ignora pero su estomago la traiciona— No que muy orgullosa, eh… —vulpix la vuelve a ignorar.
Heidy saca a su vulpix de la pokebola.
Heidy: te presento a mi Vulpix, como puedes ver tiene otro aspecto diferente al tuyo
Profesor Oak: Veo que te llevas bien con los pokémon. —Heidy se sorprende y se echa para atrás.
Padre: no temas, él es el profesor Oak. Es un gran investigador pokémon y lo llamamos para que viniera a ver a vulpix.
Profesor Oak: un placer. —Se emociona y acerca a vulpix blanco con una lupa— Que tenemos aquí. —toma a vulpix blanco en sus manos y Heidy se asusta pero no le hace nada a Oak— Ya veo… Este es el vulpix de alola.
Heidy: ¿Vulpix de Alola?
Profesor Oak: así es, se llama así porque proviene de la región de Alola. Son pokémon muy extraños de ver. —suelta a vulpix que vuelve a comer— me extraña verlo en esta región ya que aquí predomina el vulpix de tipo fuego. Esos cazadores pokémon me tienen muy enojado.
Profesor Oak: bueno, fue un placer haberlo vistos. Me comunicare con mi primo en la región de Alola. —hace una reverencia— por favor cuiden de vulpix mientras veo que hacer con ella.
Madre: no se preocupe profesor Oak, deje todo en nuestras manos. La cuidaremos bien.
Heidy está en su cuarto haciéndole lujos al vulpix de alola con un helado, lleva días llevándose mal con ese pokémon por las constantes bromas que le ha hecho. Gracias al profesor Oak, descubrió que es un pokémon de tipo hielo y su habilidad es manto níveo pero sobretodo que es fanático del helado de vainilla. Heidy había pasado a la heladería horas antes para vengarse de vulpix para que la viera comiéndose su helado favorito, a pesar de estar en diciembre, las estaciones del año no son muy marcadas en Pueblo Paleta provocando en invierno tan solo algunas gélidas brisas.
Vulpix de alola que llevaba un buen rato mirando con odio a Heidy que no le ofrecía de su helado, buscaba alguna forma en su cabeza de vengarse de ella, en ese momento observo la pokebola de vulpix y no dudo en saltar para robársela. Heidy comenzó a perseguirla pero resbalo por el piso congelado. Tras salir al patio, Heidy la vio encima de un árbol.
Heidy: ¡vamos Vulpix, devuélveme mi pokebola! —intenta subir al árbol pero se cae varias veces provocando la risa de vulpix— Ya veras, cuando te atrape te estrangulare. —vulpix le hace una mueca y cuando iba a saltar hace un paso en falso y cae pero Heidy fue más veloz y la atrapo. La castaña se quita un poco el polvo de encima. — ¿Estás bien? —vulpix la mira y empiezan a salir lágrimas de sus ojos y la joven la abraza — de seguro fue difícil pero no todos vamos a lastimarte.
Cerca de la entrada estaban sus padres mofándose de la situación.
Madre: así que por eso Oak quería que vulpix se quedara con nosotros.
Padre: ese Oak siempre ha tenido buen ojo al ver la afinidad entre entrenador y pokémon. —ambos sonríen.
Madre: recuerden cerrar bien las ventanas, según los reportes habrá una tormenta hoy. —le da un beso a Heidy y a las dos vulpix— Se cuidan y no armen un alboroto.
Heidy: está bien mama, ya vete. —dice hastiada.
Madre: solo trato de cuidarlos. Llegaremos en eso de las 7 pm. —salen de la casa.
Después de algunas horas aburridas de ver televisión, la lluvia empieza a caer con más ferocidad. Heidy coge una sombrilla y junto a las dos vulpix va al herbolario de su mamá para ver como seguía el jigglypuff que habían atendido en la tarde. Al observar que titiritaba por el frio, preparo la lámpara con trementina y se la acerco para darle calor, en ese instante el rayo hielo de vulpix congela a un Machoke que intentaba noquear a Heidy, las tres se esconden detrás de unos barriles y escuchan los pasos de una persona. Heidy que podía ver por un agujero del barril, observo a un hombre de unos 30 años con traje negro que empezaba a inspeccionar el lugar y sacaba de su bolsillo un frasco que esparció en el machoke, descongelándolo. Luego ve como se iba acercando más a Jigglypuff y tenía miedo de que le hiciera daño, sin pensarlo dos veces salió detrás del barril agarrando el frasco de trementina y lanzándoselo al villano.
Heidy: ¡Vulpix, lanzallamas¡ —en esos breves segundos mientras la trementina seguía en el aire y vulpix preparaba su lanzallamas, Heidy tuvo la oportunidad de agarrar a jigglypuff y salir del herbolario antes de la explosión.
Corren hacia el pequeño bosque para poder esconderse mientras la lluvia seguía en su baile feroz, sin embargo, son encontrados por un murciélago morado
Villano: que tenemos aquí… —regresa a zubat mientras ve a las victimas retorciéndose del dolor.
Heidy logra pararse y extiende los brazos para proteger a los pokémon.
Heidy: ¡vamos, huyan! —los pokémon no le hacen caso y el villano se ríe a carcajadas.
Villano: piensas que tu sola puedes detenernos. —lanza una mirada y sonrisa tenebrosa— danos al vulpix de Alola y no saldrás tan herida.
Heidy: ¡Jamás! Que les dije, ¡huyan!
Villano: creo que no estás en situación de elegir, niña estúpida. —saca una pokebola del bolsillo, de los destellos de luz sale un pokémon musculoso con un cinturón— este es machoke, tiene la fuerza de 200 hombres juntos, dicen que nadie ha intentado quitarle el cinturón anti-fuerza que puede liberar su abrumadora fuerza. —vuelve a sonreír de forma tenebrosa— ¿quieres que lo intentemos contigo?
Vulpix de Alola vuelve a usar rayo hielo en el piso congelando el lugar, Heidy agarra a jiggylpuff que sigue algo débil y empiezan a correr pero Machoke utiliza puño dinámico y destruye todo el suelo congelado.
Logran esconderse detrás de una roca y toman algunas bocanadas de aire. Zubat comienza a buscarlas otra vez y Machoke destruye la roca donde estaban con puño dinámico
Heidy: vamos chicas, corran. —los pokémon no huyen y Heidy comienza a llorar— lo siento chicas, perdónenme por no ser tan fuerte pero por favor huyan.
Al ver esta acción, las dos vulpix saltan en los hombros de Heidy y utilizan rayo hielo y lanzallamas que se fusionan con la lluvia proporcionando un poderoso chorro de agua que da directo al villano y a los dos pokémon, retrocediéndolos.
Villano: Me has hecho enojar, maldita. —dice muy enojada— Machoke, acaba con ellas. ¡Onda Certera!
Machoke empieza a preparar una esfera de energía
Villano: ¿qué has hecho maldita? —dice asustado mientras regresa a Machoke a su pokebola, intenta buscar en su bolsillo otra pokebola.
Padre: si soy tu no intentaría eso.
Heidy: papa —sonríe de alegría, su padre la abraza.
Padre: ¿estás bien?
Heidy: si, no te preocupes. Ahora que estas aquí estoy mejor.
Villano: así que fuiste tú maldito. ¡No dejare que te interpongas en los planes del Equipo Rocket¡ —saca otra pokebola de la cual aparece un pokémon grande y viscoso— Muk, acaba con tu gas venenoso a todos estos desgraciados.
Su padre las agarra y huyen evitando ser tocados por el gas mortífero que comenzaba a marchitar los arboles pero duro poco por los fuertes vientos de la lluvia.
Padre: tengo una idea. —saca a Arcanine de su pokebola y Persian vuelve a reunirse con él luego de haber utilizado rayo— Arcanine, utiliza lanzallamas en las gotas de lluvia.
Heidy: no funcionara, se apagara por la fuerte lluvia.
Padre: confía en tu padre y en Arcanine, su llama puede alcanzar 3000 grados Celsius.
Arcanine expulsa un poderoso lanzallamas a las gotas de lluvia, ocasionando su evaporación y creando una densa neblina que los ocultaba del muk del villano.
Padre: ¡mal hechor! Te doy la oportunidad de que te entregues.
Villano: ¿estás loco? Si no los puedo ver entonces tendré que destruirlo todo —sonríe maquiavélicamente— ¡Muk extiende tu cuerpo y destruye todo!
Por su cuerpo lodoso Muk comenzó a extender sus extremidades destruyendo todo lo que tenia de paso.
Padre: bueno, así lo quisiste.
Arcanine empezó a saltar sobre los arboles gracias a su velocidad extrema llegando en pocos segundos al frente de Muk y esquivando todos sus ataques. Arcanine comienza a correr en círculos alrededor de Muk logrando hacer un tornado y elevando el cuerpo pesado de Muk. Suspendido en el aire es atacado por los fuertes golpes furia de Persian, que empieza a cargar su cola proporcionándole una cola férrea que detiene las bombas de lodo que iba a utilizar Muk y mandándolo al suelo donde Arcanine lo esperaba con colmillo fuego, creando una explosión al hacer contacto.
Villano: ¡Malditos! Me las pagaran. —emprende su huida mientras Muk absorbe los nutrientes del suelo y logra hacerse más grande.
El miembro del Equipo Rocket sonríe cínicamente mientras observa como Muk recibe cada uno de los ataques de los pokémon sin hacerle daño, sin embargo, es noqueado por un golpe furia de Persian que lo había alcanzado con su gran velocidad.
Vulpix de alola comienza a congelar la parte inferior del cuerpo de Muk que es convertida en agua por los lanzallamas de Arcanine y Vulpix logrando que Muk se desequilibre y reciba otro poderoso Rayo del cielo. Heidy se alegra al derrotar a Muk y cae desmayada.
Heidy despierta en una cama en el hospital y sus padre se alegran al ver que se ha despertado. Salen a la sala de espera y comienza a llorar desconsoladamente al ver a las vulpix sanas y salvas.
Heidy: tenia tanto miedo. —su madre la abraza— mucho miedo mama. —vulpix de alola se acerca y lame sus lagrimas— perdón por no ser fuerte, de verdad discúlpenme. —ambos pokémon le dan aliento y Heidy las abraza.
(Días después)
Oak termina de beber su taza de café en la casa de Heidy. Se acerca al zorro blanco para llevárselo pero esta se esconde detrás de las piernas de Heidy.
Oak: al parecer te ha tomado mucho cariño. —sonríe y se decepciona un poco a la vez.
Madre: si, estábamos pensando si no le molestaría que Heidy se lo quedara.
Oak: claro que no, si vulpix así lo desea por mí no hay problema —vulpix sale detrás de las piernas y salta de la alegría— parece que para vulpix tampoco es problema —Oak saca una pokebola de su maletín y se la pasa a Heidy.
Heidy: ¿estás lista amiga? –presiona el botón de la pokebola que captura a vulpix, la saca al instante y se abrazan.
Oak: mi trabajo ha terminado aquí, fue un placer. Nos vemos pronto.
Heidy y su madre se despiden del profesor Oak que se va perdiendo en el camino con la luz del sol.
Esta Historia Continuara...